La concesión de un crédito requiere de la aplicación de un tipo de interés, que podrá variar en función de las estrategias de los bancos. Son muy flexibles, y pueden partir de un mínimo en torno al 6% al 15%, incluso más en las propuestas menos favorables para los intereses de los clientes. Pero ahí no queda todo, puede encarecerse más con su contratación.
¿Como? A través de las posibles comisiones que genere la vía de financiación. Pueden ser muy diversas, de estudio, apertura, cancelación anticipada y otras más que generen necesariamente su formalización. En definitiva, pueden encarecer el producto hasta el 3% sobre el importe demandado. Por tanto, habrá que ser vigilantes en este aspecto, y comprobar los gastos que realmente nos depare la concesión del crédito,
Especialmente para no llevarse una desagradable sorpresa, al tener un mayor desembolso económico del previsto. No en vano, algunas entidades bancarias tratan de ocultar estos gastos en la información que ofrecen de estos diseños. Y en cualquier caso, lo más aconsejable será suscribirlos bajo un formato que esté exento de dichos gastos, para centrarnos exclusivamente en asumir su devolución en los plazos reglamentarios. Y que afecte en lo menor posible para elevar nuestro nivel de endeudamiento.
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