Aunque el objetivo principal de
este tipo de préstamos es el pago de la matrícula de una carrera universitaria,
algunos de estos productos incluyen también los gastos derivados de estos estudios como puedan ser los libros o el material
que se necesita para el aprendizaje universitario.
Todos los créditos
educativos son muy parecidos entre sí, aunque en este segmento se encuentren
algunas particularidades que le impregnan de un sello propio a la hora de
comercializarlo. Por lo pronto está destinado a estudiantes de entre 18 y 30 años que vayan a cursar
estudios universitarios, aunque como se indicaba anteriormente algunos créditos
están abiertos a otro tipo de estudios no universitarios.
También se detecta
que debido a la gran competencia entre las entidades que comercializan este
producto, se encuentran bancos y cajas de ahorro que tratan de desmarcarse de
un producto estándar, proporcionando algunas novedades interesantes al usuario.
También hay otras entidades que rebajan el tipo de interés en medio punto en
función del grado de vinculación que
tenga el joven con la entidad que tenga contratado el crédito. Por el
contrario, existen otras estrategias que limitan su acceso ya que solamente se
puede suscribir el préstamo si el solicitante reside en una determinada
comunidad autónoma, y en otros casos, se necesita de un avalista para acceder a
ellos.
Otro aspecto que los
diferencia de otros productos de carácter educativo es que su financiación
puede estar también destinada a libros, materiales de estudio, desplazamientos
y gastos de estancia. La financiación que se concede aunque es muy uniforme
entre todos los créditos varía en función de cada uno de ellos, oscilando entre 1.200 y 10.000 euros,
con un plazo de amortización que normalmente no supera el año.
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