Uno
de los objetivos de los inversores, sino el único, es obtener la máxima
rentabilidad a sus ahorros. Muchas de las veces se cumplen estas expectativas,
pero en no pocas ocasiones se van al traste sus deseos. Buena parte de ellos se
deben a errores que comenten los inversores menos experimentados, que se dejan
llevar por una serie de estrategias poco
recomendables, y que son las que propician que no se consigan los objetivos
inicialmente planteados.
En
unos casos son originados por los procesos bursátiles, en muchos otros por las
condiciones del mercado, pero la mayor
parte de ellos se deben a malas actuaciones de los propios usuarios que no
saben canalizar sus operaciones en renta variable. Y como consecuencia de ello,
desarrollan actuaciones poco satisfactorias para sus intereses, originando
minusvalías en sus ventas. También con ganancias por debajo de las expectativas
creadas, y que en cualquier caso pueden solucionarse a través de la importación
de una serie de consejos para que se reduzcan, o sencillamente desaparezcan en
su forma de operar.
Si
se aplican correctamente podrá mejorarse la capacidad de los usuarios para
operar en los mercados bursátiles, y si bien no serán un sinónimo de ganancias
garantizadas, sí que al menos ayudarán a
potenciar futuros beneficios en la mayoría de las operaciones
desarrolladas, con un índice de fallos sensiblemente menor que antes. No
obstante, será la experiencia el factor más determinante para cambiar esta
tendencia, para a partir de este momento mejorar los resultados. Y por
supuesto, que aprendiendo de los errores
del pasado, que será lo que optimice las inversiones de forma más
contundente.
Consejos para evitar caer en los
errores más comunes
La
bolsa no es una ciencia exacta, pero sí que nos puede dar unas pautas razonables
de lo que nunca deberemos hacer en los mercados. Desde entrar en compañías que
desarrollan procesos bajistas a no protegernos adecuadamente ante las pérdidas
de las operaciones. Cualquier ayuda será poca para evitar un quebranto más que
notable en el capital invertido, y que en parte podrá solucionarse si atendemos
a las siguientes recomendaciones:
·
Limitando
las pérdidas: habrá que proteger nuestra inversión con una orden stop loss, que sirva para definir las posibles
pérdidas que puedan asumirse, y que sin su aplicación podrían elevarse
notablemente, especialmente en los procesos bajistas.
·
No
participando en tendencias bajistas: no hay peor escenario para los
inversores que la compra de acciones de compañías cuya cotización están inmersas
en procesos bajistas de gran calado, y que pueden incidir en que las pérdidas
se prolonguen durante mucho tiempo.
·
Respetando
las señales del mercado: cuando no se obedecen los soportes y resistencias
que muestran los valores en sus gráficos, - y que se constituyen como uno de
los parámetros más objetivos para comprar y vender acciones, respectivamente – lo
habitual es que se generen importantes minusvalías en nuestra cartera de
valores.
·
Abstenerse
de valores especulativos: decantarse por estas compañías podría originar
amplías plusvalías en nuestra inversión, pero no menos cierto es que también perderse
buena parte del capital invertido. Esto es debido a que cuentan con una
volatilidad extrema que solamente los inversores con mayor experiencia pueden
asimilar.
·
Seleccionando
las compras: manteniéndose al margen de los mercados cuando no se dan las
señales oportunas y correctas para entrar en ellos, y que son el origen de
muchas operaciones fallidas. Durante un año hay muchas posibilidades de entrar
en la bolsa, y hay que saberlo aprovechar.
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