La
bolsa no es una ciencia exacta, pero sí que nos puede dar unas pautas razonables
de lo que nunca deberemos hacer en los mercados. Desde entrar en compañías que
desarrollan procesos bajistas a no protegernos adecuadamente ante las pérdidas
de las operaciones. Cualquier ayuda será poca para evitar un quebranto más que
notable en el capital invertido, y que en parte podrá solucionarse si atendemos
a las siguientes recomendaciones:
·
Limitando
las pérdidas: habrá que proteger nuestra inversión con una orden stop loss, que sirva para definir las posibles
pérdidas que puedan asumirse, y que sin su aplicación podrían elevarse
notablemente, especialmente en los procesos bajistas.
·
No
participando en tendencias bajistas: no hay peor escenario para los
inversores que la compra de acciones de compañías cuya cotización están inmersas
en procesos bajistas de gran calado, y que pueden incidir en que las pérdidas
se prolonguen durante mucho tiempo.
·
Respetando
las señales del mercado: cuando no se obedecen los soportes y resistencias
que muestran los valores en sus gráficos, - y que se constituyen como uno de
los parámetros más objetivos para comprar y vender acciones, respectivamente – lo
habitual es que se generen importantes minusvalías en nuestra cartera de
valores.
·
Abstenerse
de valores especulativos: decantarse por estas compañías podría originar
amplías plusvalías en nuestra inversión, pero no menos cierto es que también perderse
buena parte del capital invertido. Esto es debido a que cuentan con una
volatilidad extrema que solamente los inversores con mayor experiencia pueden
asimilar.
·
Seleccionando
las compras: manteniéndose al margen de los mercados cuando no se dan las
señales oportunas y correctas para entrar en ellos, y que son el origen de
muchas operaciones fallidas. Durante un año hay muchas posibilidades de entrar
en la bolsa, y hay que saberlo aprovechar.
·
Aprovechar
las oportunidades: vender las acciones cuando el potencial de subida
es muy fuerte (incluso en subida libre) es un grave error que cometen los
ahorradores, ya que pueden desaprovecharse más tramos alcistas en la
cotización.
·
Desconfiar
de consejos poco rigurosos: cuando para configurar nuestra cartera de valores
nos regimos por impulsos, corazonadas, e incluso el consejo de algún que otro amigo,
todos ellos sin fundamento, tendremos más de un problema, al tratarse de
parámetros con poco rigor objetivo y profesional, que serán poco recomendable
para los intereses de los minoristas.
·
Contar
con asesoramiento profesional: se aceptará la orientación de expertos en los
mercados bursátiles, que pueden proceder del banco con el que se opera
habitualmente, o por parte de intermediarios financieros, que incluso disponen
de webs abiertas a todos los usuarios, en donde se analizan los principales valores.
·
Invirtiendo
lo justo: se dedicará solamente aquella parte de nuestro
capital disponible que no vaya a necesitarse en los próximos meses, previendo
los gastos domésticos o no previstos que habrá que afrontar, ante la prevención
de realizar pésimas ventas si la inversión no se desarrolla como se había
previsto inicialmente.
·
Tomando
ciertas precauciones: muchas veces se toman posiciones en un valor que
ha experimentado un recorrido alcista excesivamente vertical, con poco
recorrido al alza, o lo que es peor, que pueda desarrollar notables
correcciones en su precio.
Comentarios
Publicar un comentario