¿Cuántas
veces habrás escuchado que un valor cotizado está en situación de subida o
caída libre? Seguramente que en demasiadas ocasiones ya que los analistas
técnicos se fijan especialmente en estas figuras para desarrollar sus
estrategias de compra y venta en los mercados bursátiles. Son dos de los movimientos más definitorios de la renta variable, y
que son susceptibles para tomar o dejar posiciones, respectivamente. La subida
libre se conforma cuando un valor ha ido rompiendo todas las resistencias que se
han encontrado a su paso, hasta llegar a un punto que ya no tiene límites en su
cotización. Es tremendamente alcista a todos los plazos (corto, medio y largo),
y con un potencial de revalorización mucho más amplio que en otros movimientos.
En este caso, la recomendaciones de los analistas bursátiles es muy clara para
los ahorradores, mantener (si ya has tomado posiciones), y para los demás,
comprar directamente.
Y
como movimiento antagónico, está la caída libre, que es diametralmente opuesto.
Aparece cuando los precios de las
acciones van vulnerando todos los soportes que se les presentan, y se
encuentran en un punto en donde ya no hay referencias, o cuando menos muy
alejadas de sus actuales precios. Llegados a este nivel, la tendencia bajista
se agrava enormemente y los valores que se encuentren en esta situación son
proclives a desarrollar más descensos en su cotización, incluso de manera
brusca. Es obvio, que ante este escenario bursátil lo más sensato es vender las
acciones, a pesar de haber acumulado minusvalías anteriormente, porque pueden
agudizarse aún más y sin visos para un cambio de tendencia.
Ambos
movimientos puedes visualizarlos a través de los gráficos que presentan las
compañías que cotizan en bolsa, y que casi todas las webs de contenidos
bursátiles ofrecen a sus usuarios, sin ningún coste económico. Una vez
detectados estas figuras, dispondrás de
uno de los parámetros más objetivos y contundentes para entrar en un valor,
o en el caso contrario, para deshacer posiciones. No se presentan muchas veces,
es más se tratan de movimientos poco frecuentes, pero que sirven para ayudarte
a confeccionar tu estrategia de inversión.
¿Qué deberás hacer en cada una de las
situaciones?
Si
estás ante un caso de subida libre, pueden presentarse dos opciones. Por un
lado, que ya estés posicionado en ese
valor, y en cualquier caso tu decisión deberá basarse en mantener la inversión,
incluso puedes potenciarla con una mayor acumulación de acciones. Y por otro,
que todavía no estés incorporado a los mercados bursátiles, con lo que tu
decisión tampoco requerirá de muchas dudas, ya que no será otra que comprar
acciones cuando haya llegado a esta situación tan favorable para tus intereses.
Si
la cotización de un valor está en caída libre, por el contrario, tendrías que
haber evitado que el nivel de cotización de tus acciones llegase hasta esos
extremos. Pero si por cualquier circunstancia no es así, no tendrás más remedio
que vender tus acciones. Es preferible
liquidar las operaciones asumiendo unas minusvalías del 5%, por ejemplo, que
éstas se agudicen en las próximas semanas o meses y puedas perder más del
20%, incluso más.
En
cierta forma estos movimientos pueden preverse. ¿Cómo? Cuando los precios
desarrollan potentes tendencias alcistas y bajistas, y se está a un paso de
importar estas situaciones en los gráficos. Para detectarlo, será muy útil que
uses alguna herramienta de análisis técnico, que te ayude a visualizar a través
de un gráfico la evolución de sus precios y tengas la señal definitiva para
entrar o salir en los mercados de renta variable, por encima de otras
consideraciones técnicas.
Estas
situaciones no solamente son aplicables a los mercados bursátiles, sino que se dan en otros activos financieros.
Desde los metales preciosos (oro, plata o platino) a las materias primas
(alimentos, combustibles, etc.), sin olvidarse, claro está, del mercado de
divisas. Asimismo, pueden desarrollarse en un valor, sector o índice bursátil,
con lo que el inversor puede recoger estos movimientos a través de una estrategia
de inversión más amplia que tenga como objetivo incrementar su patrimonio
personal.
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