Es
un hecho que la rentabilidad de las imposiciones no es nada atractiva en estos
momentos para los ahorradores. Como consecuencia de la política monetaria del
banco emisor europeo, para tratar de activar la recuperación de la economía comunitaria,
ha llevado a que el precio del dinero esté situado en mínimos históricos. Un
golpe en la línea de flotación de los ahorradores que tratan de rentabilizar
sus ahorros a través de los principales productos basados en la renta fija.
Una
de sus consecuencias más visibles es que el
tipo de interés para los depósitos ha llegado a niveles nunca vistos en los
últimos años, siendo raro los que sobrepasan el umbral del 1%. Este singular
escenario ha provocado la estampida de miles de ahorradores hacia otros
productos con mayor riesgo, con los que tratan de recuperar la rentabilidad de
anteriores ejercicios.
Ofrecen una rentabilidad en torno al 1%
Actualmente
la rentabilidad de los depósitos a plazo
está situada entre el 0,50% y 1,25%, para desesperanza de muchos
suscriptores que tenían a estos productos como su herramienta para rentabilizar
y salvaguardar sus ahorros. Pero quizás lo que desconozcan es que pueden invertir
esta tendencia a través de ciertas imposiciones que elevan su interés hasta
porcentajes más aceptables. Y en cualquier caso, por encima del 2%, para hacerlos
más competitivos entre sus clientes.
Muchos
de estos escenarios se cumplen vinculando a estos productos con activos financieros que proceden de la
renta variable, pero también por medio de una mayor fidelización con su
banco, o incluso alargando sus plazos, entre otras estrategias para mejorar su
rentabilidad. De lo que se trata, al fin y al cabo, es de superar los pobres
ratios que presentan los intereses actuales en las imposiciones a plazo.
Para
ello puede optarse por diversos caminos hasta llegar a este objetivo y, que
permita a los usuarios bancarios no resignarse ante el panorama tan poco
gratificante que presentan las imposiciones en estos momentos. Y que está
generando que muchos de ellos desplacen sus aportaciones hacia otros productos para
la inversión (fondos y renta variable, principalmente).
Consejos para mejorar su remuneración
Aunque
la rentabilidad de los depósitos está bajo mínimos, pueden optarse por algunos
diseños que incrementen su rentabilidad desde los mínimos actuales. En unos
casos, aceptando mayor riesgo, y en
otros inclinándose por modelos más innovadores que generan una mayor
flexibilidad en cuanto a los intereses que proporcionan estos productos.
De
cualquier forma, el abanico de posibilidades para conseguir este objetivo es
cada vez más numeroso, aunque para ello hay que cambiar las condiciones en su
contratación. Pero sobre todo, en función del perfil de los clientes, siendo
unos más proclives que otros para aceptar las respuestas que el sector bancario
les está dando.
Depósitos estructurados: si bien las imposiciones son un producto de renta
fija, algunos de ellas están referenciadas a la bolsa (cesta de acciones, índices
o sectores bursátiles) como fórmula para mejorar su rentabilidad en cualquier
momento. Los ahorros están garantizados en su totalidad y el incremento en el
tipo de interés estará supeditado a la evolución de estos activos financieros,
que serán los que propicien una rentabilidad por encima del 5%.
Ofertas promocionales: buena parte de los bancos para captar el ahorro de
los clientes se inclinan por ofrecerlos bajo una remuneración más atractiva a
través de sus ofertas de bienvenida, que pueden elevarla en torno a un punto
porcentual. No obstante, se topan que están confeccionados para períodos de
tiempo muy limitados, raramente por encima de 6 meses, y en los que no se
admiten sus renovaciones.
Domiciliación de la nómina: quienes opten por esta operación bancaria tendrán
más posibilidades de elevar la rentabilidad de sus depósitos, hasta alcanzar el
5% en las propuestas más agresivas, y siempre desde una cuenta-nómina. También cuentan
con un plazo de contratación excesivamente corto, que puede restar efectividad
a este planteamiento.
Formatos online: aunque su mejora
es casi mínima, si los usuarios se decantan por estos modelos podrán mejorar el
interés con respecto a los modelos tradicionales, y con similares condiciones
en su contratación. Además, cuentan con diseños muy flexibles en lo que se
refiere a sus aportaciones mínimas y los plazos a los que van dirigidos.
Vinculados a otros activos financieros: cada vez es más frecuente que estén ligados a
activos financieros que no tengan que ver con la bolsa: divisas, euribor, y
hasta índices de mercados alternativos, para que generen mayor potencial de
revalorización, siempre que se cumplan sus expectativas.
Alargando los plazos: es la manera más sencilla que tienen los impositores
para mejorar los márgenes de remuneración. Para ello, deberán dirigirse hacia
depósitos de medio y largo plazo, y conseguir sus objetivos, aún con el riesgo latente
de tener inmovilizados sus ahorros durante más tiempo del deseable.
Comentarios
Publicar un comentario