La inversión en países emergentes
es una posibilidad real que tienen los inversores para rentabilizar sus ahorros
como consecuencia de la globalización de los mercados financieros. Ahora desde
España se puede abrir una operación de bolsa en India, Rusia o Brasil con la
misma facilidad que si se formaliza en las plazas nacionales. ¿Pero realmente
los usuarios saben a dónde acudir cuando surge esta demanda en la inversión?
Pues bien fundamentalmente están representadas por la sigla BRICS que se
refiere a Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica. Todos estos países están considerados como economías emergentes, en
especial por el fuerte potencial que presenten sus economías. Este es uno de
los motivos por los que desde Deutsche Bank apuntan a que las bolsas
emergentes lo harán mejor que las desarrolladas en 2018.
Pero
también por otros mercados menos conocidos como el turco, mexicano o los países
del sureste asiático. Cuyas bolsas tienen un excelente comportamiento en los
periodos expansivos de la economía internacional. Por encima de los mercados de
las economías desarrolladas, aunque por este mismo son más propensas a
desarrollar severas caídas en los periodos recesivos. Históricamente ha sido
así durante muchos años. Si por algo se caracterizan estos mercados financieros
es por su alta volatilidad, con oscilaciones en los principales índices
bursátiles por encima del 3 %. Algo que es muy infrecuente que pase en las
bolsas tradicionales.
Para
invertir en emergentes el camino más sencillo es dirigirse al índice que
integra a estos mercados. Se trata del MSCI Emerging Markets en el que están incorporadas algunas de las
economías que presentan esta característica. Con mayor peso específico como
China (20,01 %), Corea (15,98 %), Taiwán (11,74 %), Brasil (10,51 %) o
Suráfrica (7,44 %). Su evolución durante los últimos doce meses ha sido más
satisfactoria que en los mercados desarrollados. Con una revalorización del 36
% frente al 31 % del Dow Jones o el 12 % del Eurostoxx 50.
Por lo que respecta al largo
plazo, muestra un retroceso en la rentabilidad en referencia a estos índices
como consecuencia del menor crecimiento en la economía internacional. Con un
rendimiento en los últimos cinco años que ha sido de casi setenta puntos
porcentuales por debajo del índice norteamericano y quince en relación con la
referencia de la renta variable europea. Con una previsión al alza por parte de
Bloomberg que estima que el beneficio por acción (BPA) de los valores
integrados en el MSCI Emergentes se incremente en un 17 % en los próximos doce
meses. A un ritmo superior que los indicadores de los índices de los países
desarrollados.
De todas formas, hay unos
productos financieros que son muy beneficiosos para recoger esta demanda de los
inversores. En concreto, los ETFs o fondos cotizados que es una combinación
entre la compra y venta de acciones en bolsa y los fondos de inversión. Dispone
de un formato en el mercado que replica los resultados de un índice
integrado por valores de renta variable de alta y mediana capitalización
de mercados emergentes. Es el ETF iShares MSCI Emerging
Markets que ha generado en el último año un retorno sobre los ahorros del
35 %. En consonancia plena con las plusvalías del índice emergente de la bolsa.
Aunque con la ventaja que presenta unas comisiones más competitivas que en las
operaciones directas en bolsa. Con una diferencia en torno a 50 euros para una
operación de 10.000 euros.
En cualquier caso, dos serán los
factores para que la evolución de los mercados emergentes sigan como hasta
ahora. Por una parte, las expectativas de que sus economías crezcan por encima
del resto. Y por otro lado, que la retirada de estímulos por parte del Banco
Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se realice
sin sobresaltos. En este sentido, el órgano monetario de al otro lado del
Atlántico prevé que durante este año se produzcan tres subidas graduales para
dejar el precio del dinero entre el 1,9 % y 2,4 %. Mientras que en la Unión
Europea, los mensajes de su presidente, Mario Draghi, indican que se podría
retrasar para el último trimestre del año o incluso para 2019. De cumplirse
ambas expectativas uno de los grandes beneficiados serían precisamente los mercados
emergentes.
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