Los
bebés también pueden disponer de sus propias cuentas para empezar a construir
sus incipientes huchas de ahorro. Claro está, bajo la supervisión y
formalización de sus padres. No en vano, estas cuentas solo pueden tener
un único titular, menor de edad, y necesariamente requiere la existencia de un representante legal del menor. Es un nicho de negocio que se ha atrevido a
comercializarlo los bancos, con productos especialmente diseñados hacia estos
clientes tan jóvenes, con edades comprendidas entre 0 y 3 años. Tratándose de
una oferta para nada minoritaria, sino que cuenta con una extensa propuesta, a
través de diseños muy homogéneos entre sí, y con pocas novedades entre ellos.
Exigua rentabilidad,
disponibilidad de los ahorros y la creación de un fondo monetario para cuando
sean mayores son algunas de las características que aportan estos productos
bancarios tan especiales. Y que en cualquier caso, no incluyen grandes
novedades, ni tan siquiera elementos innovadores. No en vano, su mayor gancho
es la obtención de regalos a través de los
puntos generados por la acumulación del saldo en la cuenta.
Ciertamente que su rentabilidad
no es uno de sus puntos fuertes, llegando a un máximo anual del 0,50%, superando la generada por muchas cuentas
seniors. Como contrapartida, se trata de un producto que no contempla ningún
gasto, ni en comisiones, ni en trámites administrativos o de gestión, aunque no
admiten descubiertos. Sirven para que sus titulares se vayan familiarizando con
el dinero desde que nacen prácticamente. Este es el verdadero sentido de estos
diseños bancarios: captar a los clientes prácticamente desde su nacimiento.
Se comercializan indistintamente, bien en formato de cuentas o en
libretas de ahorro (o cartillas), aunque siempre bajo las mismas
características en ambos modelos. Donde precisamente son los últimos, los más
proclives a ofrecer regalos a los peques de la casa. En la mayoría de los
casos, pueden suscribirse sin una aportación mínima definida, para que poco a
poco vayan acumulando un capital que podrán disfrutar tus hijos cuando sean
mayores, y tengan la necesidad de afrontar sus primeros gastos.
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