Son innumerables los clientes que durante el año formalicen un crédito, en sus diferentes modalidades (consumo, personal, hipotecario, para comprar el coche...). Pero es primordial que antes de firmar el contrato se analice detalladamente la oferta bancaria para decantarse por la mejor propuesta posible para los intereses de los demandantes.
El primer aspecto que habrá que fijarse, son los tipos de interés que aplican a estos productos, y en donde habrá que buscar las opciones más competitivas, y que supongan a sus demandantes menos gastos en su contratación. A continuación, las vías de financiación que estén exentas de cualquier comisión o gastos que se deriven de su formalización. No de menor importancia, será buscar los productos que tengan unos plazos de amortización que sean favorables a las necesidades de los clientes.
Y si puede ser bonificado, pues mejor que mejor, aunque habrá que comprobar si compensa la suscripción de otros productos bancarios (fondos de inversión, seguros, planes de pensión o depósitos a plazos, entre otros). Teniendo presentes estos parámetros, seguramente que la elección estará mejor desarrollada, y de esta manera, ahorrar algunos euros en el contrato con la entidad financiera.
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