Si se lee atentamente la letra pequeña de los préstamos personales que se
anuncian en carteles o por internet, se pueden encontrar frases similares a
esta: “TAE calculada para un crédito al consumo de 10.000 € a un plazo de 10
años para clientes con nómina domiciliada que contraten un seguro de vida y un
seguro de protección de pagos”. Dicho en otras palabras, sólo es posible disfrutar de las condiciones del préstamo anunciado si
se cumplen con unos requisitos de vinculación específicos. A continuación
veremos cómo son los productos vinculados que se tienen que contratar para
poder acceder a un préstamo personal bancario.
Los productos vinculados más habituales
No todos los bancos exigen contratar uno o más productos
vinculados para poder acceder a sus préstamos personales, pero en la mayoría de
casos sí hay que hacerlo. Las condiciones de vinculación que suelen pedir las
entidades son las siguientes:
Domiciliar
ingresos: los bancos casi siempre piden a los solicitantes que domicilien
la nómina, la pensión o los seguros sociales (si son autónomos) para poder acceder
a sus préstamos personales. En general, es necesario percibir un mínimo de
ingresos mensuales, que variarán según cada entidad.
·
Contratar
uno o más seguros vinculados: los seguros más habituales son los de vida,
los de hogar y los de protección de pagos, aunque si se pide un préstamo coche
es posible que también se tenga que asegurar el vehículo a través del banco.
Cabe destacar que ninguna entidad puede obligar a sus clientes a contratar un
seguro para poder acceder a un crédito, pero la mayoría de bancos mejoran las
condiciones de financiación si se contratan uno o más seguros. ¿Los productos vinculados pueden encarecer el precio de un préstamo personal?
El coste de los
productos vinculados no siempre sale reflejado en la TAE del préstamo personal,
pero sí puede encarecer su precio. Por ejemplo, si se contrata un seguro
vinculado, sus cuotas deberán sumarse al coste total del crédito. Además, el
precio del seguro no será fijo durante toda la vida del préstamo personal, sino
que podrá ir variando año tras año. Si no se renueva el contrato del seguro, el
tipo de interés del préstamo se incrementará.
El uso mínimo de tarjetas de crédito merece un capítulo
aparte. Estos productos pueden tener un coste anual en forma de comisiones de
emisión o de mantenimiento y es muy probable que el banco también cobre
comisiones si se realizan algunas operaciones concretas, como retirar dinero a
crédito del cajero o hacer una compra en un país con una moneda distinta al
euro (comisión por cambio de divisas). Además, los clientes que usen la tarjeta
para comprar a plazos tendrán que reembolsar el crédito usado pagando los
intereses correspondientes, por lo que cada mes deberán hacer frente tanto a
las cuotas del préstamo personal como a las mensualidades de la tarjeta.
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