Una
correcta planificación financiera es el mejor remedio y la única manera de
controlar nuestra economía doméstica. Sin embargo, la organización de las
finanzas personales requiere paciencia, tiempo y una metodología adecuada que
seguir puesto que debes tener en cuenta no solo las facturas y recibos, sino
también controlar el ahorro, conocer
las condiciones de los productos financieros contratados -hipoteca o préstamos
abiertos-, así como tener especial cuidado en no sobrendeudarnos.
Para
empezar debemos saber desde qué punto partimos y cuál es nuestra situación.
Para ello tendremos que hacer un pequeño balance en el cual indicaremos nuestro
patrimonio o activo, en el que irán detallados ahorros, propiedades y dinero
del que se dispone, así como deudas y pagos cotidianos. Después de hacer una
proyección y un análisis a corto, medio y largo plazo, será turno de evaluar los posibles riesgos que afrontar
en un futuro, como puede ser un despido, la reparación del coche por
accidente o cualquier otro imprevisto que puede hacer saltar el equilibrio de
nuestras finanzas personales.
De
esta manera conseguiremos una visión más global y exhaustiva de nuestra
situación financiera, por lo que tocará recortar y eliminar aquellos gastos superfluos o que no sean de primera
necesidad para lograr incrementar los ahorros sin asfixiar nuestra economía de
forma excesiva. Es imprescindible para ello actuar con responsabilidad y ser
consecuente, además de tener especial cuidado, puesto que uno de los errores
más habituales es querer aumentar los ahorros de forma considerable en un
periodo muy corto de tiempo. Por lo tanto, será crucial buscar un equilibrio y
aportar una cantidad que podamos asumir para no pasar apuros económicos a final
de mes.
En
este sentido, los expertos recomiendan no
dedicar más del 40% de los ingresos a pagar deudas, ya que en caso de
superar dicha cifra pondríamos en riesgo el margen de maniobra necesario para
afrontar cualquier imprevisto o sobresalto económico. Así, una persona que cobre
1.200 euros netos no debería destinar más de 480 euros a pagar el total de sus
deudas, en el que se incluyen todos los préstamos abiertos, tarjetas de
crédito, cuota de hipoteca, etcétera.
Por
último, el comparador financiero y de minicréditos
WannaCash.es recomienda llevar a cabo un plan para pagar nuestras deudas
de la forma más eficaz posible, además de automatizar y actualizar los números
mensualmente -en una hoja Excel, por ejemplo- para tener un control total de
las finanzas y disminuir los riesgos y posibles sorpresas desagradables.
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