Los denominados créditos rápidos
también se han decantado por ofrecer vías de financiación hacia las familias
con las que éstas puedan hacer frente a sus principales gastos: colegios,
reuniones (bodas, bautizos, comuniones, etc.), desembolsos médicos y hasta
sufragar las vacaciones de todos sus miembros. Tienen a su favor que permiten
disponer de liquidez de forma casi inmediata y generalmente sin necesidad de
dar explicaciones ni cambiar de bancos, aunque por el contrario hay que
acreditar una serie de documentos para acceder a ella, que en ocasiones superan
los de las vías tradicionales.
Entre sus aportaciones más
acusadas también destaca que se puede disponer del adelanto en poco tiempo, no
más de 2 o 3 días, siempre que haya sido aceptada su concesión. Pero no todos
son bondades ya que como principal inconveniente destaca que la cantidad
adelantada no es excesiva, ya que raramente sobrepasa los 6.000 euros en su
concesión, lo que propicia que esté destinada a pequeños gastos puntuales o
inesperados y que necesitan urgentemente de liquidez y, que está por debajo de
la cuantía que proporcionan los créditos familiares que vienen desarrollando
los bancos y cajas de ahorro en los últimos años.
Otra desventaja que lleva
aparejada su contratación es la de los altos costes que hay que abonar en
concepto de intereses para conocer si realmente será rentable el adelanto solicitado,
ya que habrá que pagar por este concepto, en función de cada oferta, entre un
21% y 25%, mucho más que los que ofrecen las entidades tradicionales que
proporcionan vías de financiación en la que pocas veces se supera el 10% del
interés que habrá que devengar por este concepto, y con la posibilidad de
elevar la financiación por encima de 20.000 euros.
A todo ello hay que añadir los
posibles gastos
de formalización que contemplen estos productos “rápidos” en cuanto a su
concesión y que pueden llegar al 2%, incluso en algunas modalidades el
requisito es suscribir un seguro con alguna aseguradora asociada y que tal vez
el solicitante no necesite o lo tenga ya contratado. Además, en
el sistema financiero actual se pueden encontrar créditos de carácter familiar
en mejores condiciones que pueden ayudar a las familias a solucionar sus
problemas de falta de liquidez o afrontar algún gasto imprevisto dentro de su
economía doméstica, con un mayor desembolso por parte de la entidad de crédito.
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