Antes de realizar la firma del
contrato del préstamo hay que tener en cuenta una serie de factores, como son:
tipo de interés, comisiones de apertura
y cancelación, periodo de carencia (tiempo que transcurre hasta que
comienza la devolución), y el plazo. A partir de aquí solamente hay que
seleccionar aquel préstamo que mejor satisfaga las necesidades de cada alumno
entre todos los que ofrece el mercado.
Al ser una oferta consistente
permite que la vía de financiación sea dinámica y que ofrezca muchas
posibilidades y variantes a quienes lo contraten. Algunas entidades condicionan
su suscripción al hecho de ser hijos de clientes del banco o caja de ahorro, o
residir en una determinada provincia. Incluso llevados por la tendencia de fidelizar a los clientes
que se ha instalado en otros productos, la concesión de algunos de estos
créditos está supeditada a tener contratados otros productos financieros
básicos con la entidad emisora.
Pero económicamente hablando sus
principales aportaciones provienen de dos vías, por un lado, la posibilidad de
carencia que tiene su contratación, entre uno y tres años; y por otro, la
posibilidad de poder devolverlo después de haber realizado el máster. La
competencia entre las entidades por comercializar esta vía de financiación ha llegado
incluso a ofrecer préstamos sin ningún
tipo de interés, es decir 0%, a cambio de una serie de exigencias a la hora
de cumplimentar la documentación.
Con una oferta tan extensa como la actual, el alumno
puede elegir el crédito que más le convenga. El importe máximo que ofrecen está
ubicada en una amplia franja establecida
entre los 15.000 y 30.000 euros, aunque también hay entidades que lo elevan
hasta los 60.000 euros. Esta tendencia se transplanta igualmente al plazo de
amortización que tienen y que oscila entre los 5 y 10 años, aunque con la
salvedad de que algunas ofertas contemplan períodos de carencia de hasta tres
años, y otras la posibilidad de poder pagar 14 cuotas al año.
Donde mayor divergencia existe es en los tipos de interés
que se aplican, ya que varían en función de la modalidad elegida: fija o variable. Si la primera opción
es la elegida, varían entre el 5,25% y 8%, que es el más caro que ofrece el
mercado, lo que significa que existe un 50% de diferencia entre los tipos
máximos y mínimos que aplican las entidades emisoras.
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