Si lo que desean los usuarios bancarios es conseguir un crédito de forma rápida, sin apenas papeleo
y que pueda formalizarse por otros canales alternativos, seguramente que
estemos hablando de los créditos desde los cajeros automáticos. Su principal
aportación consiste en la comodidad para solicitarlo, pero también para retirar
sus fondos, ya que solamente hará falta una tarjeta de crédito.
Estas facilidades en su concesión tienen su contrapunto,
en que es una vía de financiación
reservada a los clientes más solventes, que pueden responder de los
importes concedidos. De ahí que no sean objeto de estudio por parte de los
bancos ya que están concedidos previamente. Por estas mismas razones, las
personas que no cumplan con esta característica, será mejor que no se molesten
en demandarlo porque su solicitud será rechazada con toda seguridad.
Su emisión no está generalizada por todas las entidades
de crédito y tan solo unas pocas se han decidido a comercializarlos entre sus
clientes. A pesar de todo, se trata de pequeños
préstamos cuyos límites apenas alcanzan los 10.000 euros, aunque con
mejores condiciones de contratación al bajar su interés un poco con respecto a
otras vías de financiación más convencionales. Y como ventaja añadida, que no
suelen presentar comisiones por estudio o apertura, haciéndolos más accesibles
a las personas que no quieren elevar excesivamente su nivel de endeudamiento.
Financiación más ágil
desde 500 euros
Tratándose de una vía de
financiación tan específica como esta, es normal que presente unas
características muy bien definidas, y que habrá que tener en cuenta para contar
con ella en un momento determinado para afrontar los gastos de los clientes,
siempre para cantidades a partir de 500 euros. Y que podrá retirarse parcial o totalmente hasta agotar el importe máximo
que presentan estos créditos en sus condiciones de suscripción.
Para empezar es un crédito que ya
está concedido, y por tanto no habrá que demandarlo. Una vez contratado, y a
través de su tarjeta de crédito, podrá retirarse desde cualquier cajero
automático que pertenezca a la red de la entidad. Su ventaja radica en que no habrá que esperar a los horarios de las
sucursales bancarias, sino que podrá realizarse a cualquier hora del día,
es decir, los fines de semana, por la noche o en el momento que deseen sus
demandantes.
Están diseñados para situaciones
en que la urgencia para recabar estos importes sea máxima, y se precise de un
proceso rápido y flexible para impulsar las operaciones de los clientes. Y todo
ello a diferencia de los créditos personales o para el consumo, que necesitarán
de un estudio previo para su concesión que dilatará mucho más su formalización,
llegando incluso a la negativa de la demanda.
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