Los
bancos conocen que cuando aparecen los gastos inesperados y te encuentras con
falta de liquidez, necesitas una solución inmediata. Con una concesión rápida, que no necesite de su aprobación, y que
sobre todo que no incida en incrementar excesivamente tu nivel de
endeudamiento. Este es el lugar que ocupan estos préstamos, y para lo cual las
entidades tratan de vincularte a cambio de una serie de contraprestaciones que quedan
materializadas a través de esta vía de financiación.
Más baratos, pero con importes menos
exigentes
Se
trata de importes que raramente exceden de 3.000 euros, y que los
tienes concedidos previamente, desde el momento en que domicilies la nómina.
Estos productos, en cualquier caso, están comercializados bajo un tipo de
interés más competitivo, oscilando entre
el 6% y 11%, y por debajo de los aplicados a los préstamos personales. Su
devolución, por otra parte, se mueve bajos márgenes muy estrechos, entre 6 y 12
meses como tope máximo. Y en donde, en ciertos modelos, podrás detectar alguna
comisión (apertura) que te encarecerá el coste final de la operación.
A
partir de estos denominadores comunes, te encontrarás con una extensa oferta,
en la que no faltarán pequeños detalles
que te haga inclinar la elección por alguno de ellos. Deberás analizar
todas sus condiciones en detalle, tratando de conseguir el más beneficioso para
tus intereses. Pero si bien es requerida la domiciliación de la nómina para su
formalización, mucho cuidado con esta particularidad, ya que si eres mileurista
probablemente no puedas suscribirlo, ya que requieren de salarios más exigentes.
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