Las imposiciones son uno de los productos para el ahorro más seguros que hay en el mercado bancario, pero que cuenta con el inconveniente de sus posibles cancelaciones, sean parciales o totales. Esto es así porque van vinculadas a un plazo de permanencia que debe cumplirse, sean cual fuesen los meses a las que van dirigidas. En muchas de las ocasiones conllevan una penalización si quieren rescatarse los ahorros antes de tiempo, que oscila entre el 1% y 3%. No obstante, para evitar cualquier tipo de sorpresas en su contratación es conveniente que los usuarios bancarios analicen si tienen alguna cláusula en este sentido y cuál es su porcentaje. Al tratarse de un producto bancario a plazo fijo, generalmente destinado a medio y largo, requiere de un tiempo en que los impositores no podrán disponer de los capitales aportados. Pueden ser 6, 12, 18 o incluso más meses. Durante este período puede suceder, que tengan necesidades económicas para afrontar sus principales gastos personales...