Una
de las mayores posibilidades para asegurar una rentabilidad óptima en los fondos
de inversión es diversificando su
cartera. No es conveniente poner todos los ahorros en uno solo cesto. Los
efectos pueden ser muy negativos para sus partícipes, ya que basta con que no
cuente con una evolución favorable, para que den al traste con las expectativas
creadas entre los pequeños inversores. Por tanto, no hay otra manera de
solucionar este problema que aplicando esta estrategia, contratando varios fondos
de inversión entre el capital disponible, y a ser posible de diferente
naturaleza.
Esto
es así, porque por un lado podrán limitarse las pérdidas derivadas de la
suscripción de un único fondo y, por otro, sentar las bases para una inversión más
receptiva para acumular plusvalías durante los próximos años. Los ahorradores
deberán desarrollar su inversión por medio de la contratación de varios fondos
de inversión, a través de sus muchas y variadas modalidades: renta fija, variable, mixta, monetarios,
gestión alternativa… Se trata de conseguir la mejor rentabilidad en cada
caso, pero también protegiéndose del riesgo que conllevan algunos fondos.
La
pluralidad de iniciativas para conformar una cartera de fondos son enormes, en
donde el perfil del partícipe será pieza
fundamental para canalizar el proceso. También el período al que va ir
dirigida la inversión: corto, medio y largo plazo. Y, por supuesto, una correcta
elección de estos productos. Para que esto sea así, sería recomendable que los
clientes contasen con el asesoramiento de expertos en estos mercados
financieros, que les ayudasen a encauzar su inversión. Cumplidas estas premisas,
ya será un poco más fácil que los suscriptores estén en condiciones de rentabilizar
sus ahorros durante los próximos años.
Estrategias para mejorar la rentabilidad
de los fondos
La
mejor manera para optimizar nuestro patrimonio a través de los fondos de
inversión será tratando que estos productos cuenten con una evolución lo más
positiva posible, no hay otra alternativa posible. Pero este escenario puede
que no ocurra todas las veces, y entonces habrá que importar una serie de actuaciones para protegerse ante posibles
adversidades. Y entre las cuales destacan las siguientes:
Diversificar la inversión: no podrán centrarse los ahorros en un solo fondo de
inversión, ya que se trata de un error que penalizará a los clientes que opten
por esta táctica. Es preferible contratar varios fondos, que se complementen y
cuya composición sea de procedencia diversa.
Con varios activos financieros: una correcta cartera de fondos deberá incluir, tanto
activos procedentes de renta fija como de la variable, así como otros derivados
de la gestión alternativa, incluso de materias primas o metales preciosos, si
fuesen aconsejables en ese momento.
Procedentes de distintas áreas
geográficas: igualmente deberán
contar con una representatividad de la gran mayoría de economías
internacionales: fondos europeos, periféricos, globales y hasta emergentes. En
función de su evolución se confeccionarán los porcentajes que deberán ir a cada
cartera de inversión, aun sabiendo que algunos de ellos son más volátiles y con
mayores riesgos en su contratación.
Fondos flexibles: sería muy recomendable que los inversores optasen
por fondos que contase con un alto grado de flexibilidad por parte de sus
gestores, para que éstos pudiesen recoger todas las tendencias de los mercados y
canalizar la inversión con mayor grado de protección. Y no por modelos
estáticos que penalizasen a los partícipes en un determinado momento como
consecuencia de la desfavorable evolución de sus activos financieros.
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