El sector de las nuevas
tecnologías no es desde luego uno de los más prolíficos de la bolsa española en
cuanto a su presencia. Muy pocos valores están representados en el mercado continuo
nacional. Tan solo Amper, Amadeus e Indra tienen alguna vinculación con este
segmento empresarial. A pesar de haber contado hace unos años con el índice del
Ibex Nuevo Mercado, el Nasdaq español, que dejó de cotizar a finales del 2007
después de casi ocho años de cotización con valores de estas características. “La
realidad económica que conllevó a su creación ha cambiado y ahora se muestra
innecesario”, aclaro Bolsas y Mercados de España en un comunicado sobre los
motivos de la desaparición de este índice sectorial.
En estos momentos, tan solo en el
Mercado Alternativo Bursátil (MAB) ofrece la posibilidad de realizar
operaciones sobre empresas de estas características y que cotizan en bolsa bajo
unas condiciones muy especiales propias de un mercado secundario. Son los casos
concretos de Altia, Global Dominion y biotecnológicas en general, que cuentan con
una capitalización muy pequeña que dificulta la tarea de los inversores para
entrar en sus posiciones debido a su poca liquidez. La escasez en la oferta de
esta clase de valores en la renta variable española propicia que los inversores
tengan que mirar a otros mercados financieros para satisfacer su demanda. En
donde Estados Unidos, Alemania y Francia son los mejor colocados para la compra
y venta de acciones en bolsa.
El mercado que reúne las mejores
condiciones para realizar las inversiones es el Nasdaq, la segunda bolsa de
Estados Unidos, en donde están representadas empresas de alta tecnología en
electrónica, informática y biotecnología, entre otros sectores. Con dos índices
de especial relevancia como el Nasdaq 100
y Nasdaq Composite. En el primero
están integrados los cien valores más importantes del sector. Una prueba de su
pujanza es que durante los últimos diez años se ha revalorizado en un 283 %.
Por encima del Dow Jones que en este periodo ha subido un 79 %. Es decir, un
usuario que haya invertido al principio 50.000 euros habría conseguido en estos
momentos unas plusvalías en torno a 140.000 euros. En esta referencia de los
valores tecnológicos pueden encontrarse propuestas bursátiles tan relevantes
como Adobe, Amazon, Cisco, Microsoft o Symantec.
Si
los inversores no desean acudir a mercados al otro lado del Atlántico, en el
espacio comunitario está otra respuesta para satisfacer la demanda de invertir
en el sector de las nuevas tecnologías a través de la plataforma Euro NM. En la
que están integradas algunas de las empresas con mayor crecimiento del viejo
continente. Procedentes de algunos de los mercados más activos: Bolsa de
París (Le Nouveau Marché), Deutsche
Börse AG (Neuer Markt) y la Bolsa de
Bruselas (Bélgica (Brussels Exchanges), entre otras.
Euro
NM agrupa a más de 400 empresas de estas características, en donde
Alemania es el país con mayor representación al presentar más del 65 % de la
oferta total. Siendo el abanderado de la capitalización bursátil por parte de
estos mercados financieros de reciente creación. Otro de los destinos para la
inversión de capital es la City londinense y cuyo índice de referencia es
el FTSE Techmark. Están incorporados algunos de los
subsectores más importantes de las nuevas tecnologías. Como por ejemplo,
hardware, consultoría informática, internet, semiconductores, software o
equipos de telecomunicaciones.
De todas formas, el hecho de que
estos centros financieros sean totalmente electrónicos permite que los
intermediarios puedan operar desde lugares muy distantes. Como pasa con el índice referencial Nikkei de la bolsa de Tokio que es
uno de los más activos en la cotización de valores del sector tecnológico. Además,
ha sido uno de los más rentables – a excepción del Nasdaq en Estados Unidos –
con una apreciación de algo más del 15 % durante el pasado año. Hasta el punto
de cerrar el ejercicio en su nivel más elevado de los últimos 25 años,
fundamentalmente motivado por los mayores beneficios empresariales vinculados a
este sector.
Tal
es la importancia de las nuevas tecnologías en su ponderación, que tanto las
alzas como las depreciaciones en este índice, están muy influenciadas por la
cotización de estas empresas. A diferencia de lo que ocurre en España y otros
países de su entorno más próximo, en la que su peso específico sobre sus
respectivos índices bursátiles está por debajo de otros sectores más
tradicionales.
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